La Casa Peña abrió sus puertas a nuestra Facultad, no como laboratorio de un entomólogo, sino como escenario de un encuentro con la arquitectura. La actividad, guiada por el arquitecto Germán Squella, convocó a estudiantes y docentes de la Facultad de Arquitectura y Arte UDD en torno a una de las obras más singulares de la construcción chilena del siglo XX.
Edificada en 1978 por Miguel Eyquem para el científico Luis Peña Guzmán, la vivienda es un manifiesto de los principios de Amereida: una filosofía de vida que entrelaza poesía, ciencia y diseño. La Casa Peña, construida al norte de Santiago, en el Portezuelo de Colina, se integra con el paisaje gracias a su diseño orgánico y al uso innovador del ferrocemento, técnica que aún hoy resulta vanguardista en el país.
“Esta casa materializa una manera de pensar el habitar desde lo esencial: con pocos recursos, precisión y coherencia con el entorno”, explicó Squella antes de iniciar el recorrido desde la sala E0 de la Facultad. A la visita asistieron los talleres de Beatriz Harriet con Gonzalo Escobar y el taller de Manuel José Martin y Josefa Reiberg.
Diseñada con zonas frías para conservar colecciones de insectos, la vivienda responde a una lógica estructural que busca el equilibrio entre forma, función y paisaje. Hoy, más de cuatro décadas después, la Casa Peña sigue siendo un ejemplo de cómo la arquitectura puede habitar el territorio con respeto, poesía y precisión.