En el marco del Festival de Arquitectura Joven, YAF Constructo, que se lleva a cabo en las Ruinas de Huanchaca, en Antofagasta, Chile, se inauguró la obra ganadora del concurso YAF 2023.
La organización del festival está a cargo de Jeannette Plaut y Marcelo Sarovic, poniendo en juego una propuesta arriesgada: descentralizar la muestra y llevarla al extremo norte, al desierto y al mar.
El festival vibró con la presencia de connotados arquitectos de Suiza, Estados Unidos, México y jóvenes representantes de Chile, con notables presentaciones de arquitectura de vanguardia, especialmente en torno a propuestas de nuevos espacios públicos, mientras que la conferencia principal estuvo a cargo de la dupla ganadora del concurso YAF, Parraguez y Harriet.
En medio de un entorno imponente, con la impresionante construcción de sillería de rocas y piedras que constituyen los restos de la ruina, de sorpresa nos encontramos con una leve y precaria pieza de madera roja que se mece suavemente con el viento que proviene del mar, casi al vaivén de las olas, respirando suavemente a través de la brisa marina, que se siente suspendida en el aire.
“El Pesar del Viento”, es un notable proyecto de los arquitectos y profesores de arquitectura de la Universidad del Desarrollo, Álvaro Parraguez y Beatriz Harriet. Una síntesis perfecta de articulaciones y uniones muy estudiadas y, lo principal, ejecutadas impecablemente, todo después de ganar el concurso antes del comienzo del verano.
Los profesores, con el apoyo de dos ayudantes arquitectas tituladas de la carrera y cuatro estudiantes de arquitectura de la UDD, pensaron y proyectaron hasta el último detalle de la obra, estudiaron, modelaron, gestionaron, planificaron, compraron, prepararon el material, cortaron, pulieron, pintaron, embalaron, y luego, en 6 días, trasladaron, montaron y unieron todas las piezas.
No es únicamente un artefacto, al tocar el suelo se activa su vocación pública, es un espacio dentro del espacio, y dentro de otros espacios. Tiene las cuatro orientaciones, con pequeños corredores hacia los cuatro puntos cardinales. Se abren sutiles y sorpresivas diagonales. Al centro un contenido lugar de retención y pausa que invita a quedarse. Esta notable pieza de diseño y arquitectura se deja registrar por el dibujo y la fotografía en cualquier momento, de día y de noche.
Visitamos “El Pesar del Viento”, una y otra vez, de mañana, con la luz del oriente, al mediodía con la mínima sombra vertical, a media tarde cuando se levanta el viento, durante el ocaso cuando resplandece el color con la luz arrojada, y de noche, ver desmaterializarse la obra lentamente, siempre respirando al ritmo de la brisa.
