Construir con “responsabilidad y de forma sustentable” es el concepto que utilizan Felipe Zelada, Ricardo McKay y Nicolás Ríos, tres arquitectos que se titularon al año 2020 en la Universidad del Desarrollo y que un año más tarde tomaron la decisión de dejar Santiago para irse a trabajar a la Patagonia, específicamente a Coyhaique. Esta aventura comenzó cuando Felipe y Nicolás fueron a visitar a Ricardo, que se encontraba realizando un proyecto en dicha zona. En ese momento aparecieron nuevas propuestas de trabajo, y este trío de alumni UDD vieron la oportunidad de asociarse, y crearon la oficina “Zenital Arquitectos”, la cual ya cuenta con ocho proyectos entregados.
“Era una oportunidad para tirarse a la piscina”, comenta Felipe Zelada, agregando que la idea de comenzar este emprendimiento en el sur de Chile es “demostrar que somos y que hacemos arquitectura local, rescatamos la esencia del lugar, respetando el contexto en el que estamos, pero también incluimos lo que a nosotros nos gusta que es la sustentabilidad”, destacando que el fin es construir y/o diseñar una solución integral a las necesidades del usuario frente al interés de habitar territorios complejos. Un ejemplo de lo anterior fue la Estación E-Bike, un espacio que se utiliza para cargar bicicletas eléctricas con luz solar en Chile Chico, el cual está construido principalmente con madera de la zona.
La idea de hacer cosas relacionadas con la sustentabilidad surgió en estos tres jóvenes -que actualmente tienen 27 año-, cuando estaban estudiando Arquitectura en la UDD, razón por la cual optaron por titularse vía Magíster en Diseño y Construcción Sustentable. La Facultad les dio luces de diferentes especializaciones, pero gracias a los ramos y a los profesores, que les enseñaron desde la experiencia del ejercicio profesional, optaron por el camino de lo sustentable.
“La Facultad fue un pilar fundamental en todo sentido porque ayuda e impulsa a los y las estudiantes a ser conscientes, a trabajar en equipo, a atreverse. Nos hacen mucho estar en terreno, trabajar con oficinas. A esto se le suman las prácticas, los viajes de taller, los intercambios, workshops y también el magíster”, destaca Zelada.
Sin embargo, tener los conocimientos no es lo único que necesitaban estos arquitectos, debido a que se estaban enfrentando al reto de hacer proyectos en una zona que no conocían del todo y con un abanico de materiales no tan amplio. Es así como gracias a un equipo de maestros que trabaja con ellos, han podido construir con lo que tienen a la mano. Felipe Zelada y sus socios van diseñando a medida, dependiendo de los elementos que cuentan para construir. “Esas cosas han sido desafiantes porque uno, en Santiago, tiene una gama infinita de implementos que en Coyhaique no, pero tratamos de hacer la mayor cantidad de cosas con proveedores locales”.
Zelada es mesurado al momento de hablar sobre el futuro de “Zenital”, destacando que están recién comenzando y que “aún falta bastante”, pero que “ha sido una buena y enriquecedora experiencia. Hemos aprendido mucho y creo que lo más importante es que en el poco tiempo que llevamos trabajando juntos, hemos podido hacer muchas cosas”, valorando que “fue un acierto habernos atrevido de salir de nuestra zona de confort”.