EL 2017 marcará un hito en la historia de la humanidad. Lo que para muchos se trataba de ciencia ficción ya es realidad: los drones o robots, sea por accidente o decisión humana han cobrado sus primeras vidas en entornos urbanos. El primero, Joshua Brown, pasará a la historia como la primera víctima fatal de un vehículo de conducción autónoma, cuando el 7 de Mayo pasado el piloto automático de su Tesla S confundió el remolque blanco de un camión de carga con la resolana, incrustándose en la parte trasera del tráiler mientras Brown disfrutaba de una película de Harry Potter. El segundo, y más dramático, se trata del francotirador Xavier Johnson, quien luego de aniquilar a sangre fría a cinco policías de Dallas el jueves pasado, debió ser ultimado por un robot de la policía al negar rendirse y amenazar con detonar explosivos por toda la ciudad.
El caso de Brown ha incrementado el debate respecto a los vehículos autónomos, pese a que la evidencia indica que la tasa de accidentabilidad de éstos es mucho menor que la de los vehículos conducidos por humanos. Para dimensionar el argumento, según Tesla, la muerte de Brown es la primera luego de más de 130 millones de millas recorridas por sus vehículos autónomos, y la Association for Safe International Road Travel estima que el mismo día del accidente de Brown, murieron 3.287 personas en el mundo en accidentes de vehículos comunes.
http://voces.latercera.com/2016/07/11/pablo-allard/ciudad-robot/