El espacio público para los libros y su presencia en las ciudades es clave al momento de fomentar la lectura y alcanzar los estándares que merecemos y aspiramos.
PARA MUCHOS se aproximan las vacaciones y las lecturas de verano se hacen tema recurrente colmando las páginas de cultura con recomendaciones, best-sellers y novedades.
Lamentablemente este fenómeno es marginal, de una elite intelectual -no necesariamente económica-, y mantiene vigente el desafío de fomentar la lectura en nuestro país.
No cabe duda que los chilenos estamos leyendo más. La proliferación de Smartphones y dispositivos digitales ha ampliado las plataformas para la lectura, ya que la mayoría de los portales y redes sociales aún recurren a interfaces de texto. El problema no es la cantidad sino la calidad de lo que se lee, y es aquí donde redunda la necesidad de contar con una política nacional que promueva el acceso a la lectura y el libro.
http://voces.latercera.com/2015/01/12/pablo-allard/lectura-de-verano/