A DIAS DEL gran terremoto de Tarapacá, debemos estar orgullosos de la capacidad de resiliencia de los habitantes del norte, la adecuada respuesta de las autoridades y el oportuno despliegue de las Fuerzas Armadas para proteger y asistir a las comunidades afectadas. Debemos también dar gracias, porque pese a la magnitud cuatro veces superior al terremoto de Haití, que cobró más de 300 mil vidas el 2010, en el nuestro sólo lamentamos seis, y daños en unas cinco mil viviendas -que en su mayoría requerirán reparaciones menores-, así como pérdidas en caletas e infraestructuras de pronta recuperación.
http://voces.latercera.com/2014/04/07/pablo-allard/el-otro-terremoto/