Alumnos recorrieron un fragmento de la cordillera para reconocer la preexistencia de un territorio, comprender su ordenamiento y develar su vocación.
Se realizaron seis intervenciones livianas guiadas por cada profesor de Taller de primer año, colocando en relevancia las propiedades morfológicas del cerro. Este ejercicio tuvo como objetivo construir un puente entre el colegio y la enseñanza de la Arquitectura, entre los alumnos nuevos que fueron recibidos por los alumnos antiguos y entre el Territorio y la Arquitectura.