El terremoto de fines de febrero en nuestro país dejó en el suelo numerosas casas y edificaciones. Ese panorama desolador, ha sido motivo de dolor y angustia para muchos chilenos, pero también abre la posibilidad de iniciar el camino de la reconstrucción con obras que otorguen mejores condiciones de vida de las personas y generen menos impactos en el entorno natural.