LA PENETRACION de tecnologías móviles ha cambiado radicalmente la forma de relacionarnos, así como la comunicación con proveedores y reguladores de distintos servicios urbanos. Según el índice elaborado por Fundación País Digital y la Universidad del Desarrollo, un 70,2% de los chilenos son usuarios de internet, y en zonas urbanas como Santiago se extiende por igual independiente del nivel socioeconómico.

El potencial para aplicar estas tecnologías para la provisión de servicios urbanos como el transporte permite no sólo ahorrar millones, sino además optimizar su uso. A modo de ejemplo, cuando se puso en marcha Transantiago, parte de los altos costos de su implementación se debieron a la falla de costosos sistemas de control de flota, comunicación e información a los usuarios. Ese mismo año, inicia sus operaciones la aplicación Twitter. Hoy, siete años más tarde, la cuenta @Transantiago tiene 163 mil seguidores en Twitter, los cuales obtienen información en tiempo real del estado del sistema, así como pueden consultar los tiempos de espera de sus recorridos, que son respondidos en forma inmediata y amable. Todo esto, usando redes sociales que nunca fueron parte del diseño original y que no reportan mayor costo al Estado o los usuarios.

Estos cambios no sólo están mejorando la experiencia de moverse en transporte público; también llegaron al transporte privado. Más allá de las ventajas de aplicaciones como Waze, que permiten seleccionar rutas de viajes de manera de evitar tacos y optimizar la vialidad existente, hoy emergen con fuerza los sistemas de taxis o transporte privado por demanda tales como SaferTaxi, EasyTaxi o Uber, por nombrar algunos.

http://voces.latercera.com/2015/08/24/pablo-allard/movilidad-inteligente/