Emoción, felicidad y orgullo fueron las reacciones de miles de Santiaguinos al usar la nueva línea 6 del Metro. Dejando de lado las mezquinas pugnas respecto a su autoría en pleno período electoral, lo importante es el beneficio que esta gran obra de infraestructura de transporte público significa para todos quienes antes demoraban más de una hora en llegar a sus trabajos y que hoy lo harán en 20 minutos. Además, potenciará la regeneración urbana de Cerrillos, Lo Valledor, Pedro Aguirre Cerda y Franklin, históricamente estigmatizados como el “patio trasero” de Santiago dada su vecindad con el Zanjón de la Aguada, la Cárcel y los Mataderos. Más significativo aún es que luego de cuatro décadas de existencia del Metro, finalmente los usuarios contarán con una nueva línea paralela a la Alameda, que junto a la próxima inauguración de la Línea 3, transformarán al Metro en una verdadera red.
Hasta la semana pasada, Metro funcionaba como un sistema en que todas sus líneas convergían hacia una espina dorsal que eran la Línea 1 y parte de la Línea 5. Con la nueva línea 6, se descomprime automáticamente la Línea 1, permitiendo no solo bajar sus niveles de saturación sino además ofrecer al sistema una mayor resiliencia y redundancia ante eventuales cortes de servicio o incidencias. En otras palabras, la multiplicidad de opciones para movilizarse por Santiago en Metro nos terminará beneficiando a todos.