La región del Biobío reúne a importantes arquitectos para diseñar pabellones culturales en localidades costeras afectadas por el terremoto.
LA REGION del Biobío fue lejos la más afectada en número de familias y viviendas damnificadas por el terremoto y tsunami del 27/F de 2010. A poco más de un año y medio de la catástrofe, comienzan a surgir los frutos de un ambicioso plan de reconstrucción con la entrega de soluciones definitivas, mientras de a poco se van borrando las heridas urbanas de ruinas tan emblemáticas como Alto Río y Torre O’Higgins, cuyas dificultades técnicas, legales y financieras son sólo una muestra de la complejidad del desafío que vivimos como país.
Más allá de las distintas iniciativas gubernamentales, empresariales y de la sociedad civil por reconstruir desde la emergencia, destaca una que vale la pena revisar. Se trata del proyecto Meta: diez pabellones para Chile.
Meta reúne a 10 arquitectos de cuatro continentes para diseñar 10 pabellones culturales en 10 de las localidades costeras de la Región del Biobío más afectadas por la catástrofe del 27/F. Esta iniciativa surge de la inquietud y liderazgo del Centro Cultural Casapoli, creado por Sofía von Ellrichshausen y Mauricio Pezo, una de las oficinas de arquitectos jóvenes con mayor proyección y reconocimiento a nivel mundial, quienes han desarrollado su práctica profesional y académica precisamente desde la región, rompiendo el paradigma de Santiago global.
La idea detrás de Meta es entender la reconstrucción del borde costero no sólo como un problema técnico ante los riesgos naturales, o el despliegue de soluciones rápidas ante las necesidades de vivienda o equipamiento de las comunidades afectadas. La «meta» de Meta va más allá, y trata de abrir una reflexión en torno a qué significa hacer arquitectura en un contexto tan inestable, frágil, incierto y potente como el borde costero del Biobío. A ello habría que agregar una apuesta aún más decidida de Meta, cual es tratar de darle un «espesor intelectual» a la reconstrucción, más allá de la urgencia. Razón por la cual se plantea la dificultad de diseñar «pabellones culturales»; esto es, estructuras permanentes, de uso público que actúen como memorial y activadores de las propias comunidades, una vez que ellas mismas se apropien de los edificios.
El proyecto, que cuenta con el apoyo del Plan de Reconstrucción del Borde Costero de la Región del Biobío PRBC18 y con financiamiento de Corfo-Innova, sin duda abrirá la posibilidad de generar no sólo una discusión de alto nivel intelectual, sino que proveerá de un circuito de interés arquitectónico a nivel regional y global sin precedentes, dado el nivel y relevancia de las oficinas participantes. Las 10 propuestas de Meta serán presentadas en dos seminarios gratuitos a efectuarse en Concepción el 26 de octubre y el 16 de noviembre. Entre los participantes destacan las oficinas Johnston Marklee de EE.UU., Paulo David de Portugal, Adamo-Faiden de Argentina, Campo Baeza de España, KGDVS de Bélgica y la participación especial del crítico y teórico David Leatherbarrow. Para muchos lectores estos nombres no significan tanto, pero para la escena arquitectónica mundial implica que en estos días Concepción será el epicentro de la discusión disciplinar. Poniendo la reconstrucción en una dimensión cultural hasta ahora postergada o ignorada por la complejidad del desafío.