El viaje a Caleta Tortel marcó el inicio de las unidades 3 y 4 del Taller III, centradas en el estudio del habitar en distintas densidades: alta, media y baja (en el caso de la vivienda unifamiliar), y el habitar colectivo (como conjunto habitacional y noción de barrio). Esta travesía hacia uno de los puntos más australes de Chile no solo fue un desplazamiento físico, sino una inmersión en una realidad territorial, climática y cultural completamente distinta a la del contexto urbano convencional.
Durante cinco días —dos de viaje y tres en terreno— los estudiantes se involucraron activamente en un proceso de observación directa, entrevistas, registro y análisis crítico del habitar cotidiano en Caleta Tortel. Desde el inicio, el taller se articuló con actores locales claves, incluyendo una reunión institucional con la alcaldesa Marisela Jiménez y el director de SECPLAN, Cristian Sagredo, en el marco de un convenio de colaboración con la universidad. Este vínculo no solo legitimó la presencia del taller en el territorio, sino que también abrió la posibilidad de que el encargo académico se materialice como un proyecto real de vivienda para la comuna.
Además, los estudiantes asistieron a una presentación técnica a cargo de arquitectos de la Dirección de Obras Municipales, quienes introdujeron las tipologías de vivienda local, normativa vigente y los desafíos propios del contexto —acceso restringido, clima extremo, condiciones topográficas y disponibilidad de materiales—. Todo esto se complementó con una experiencia profundamente humana y territorial: escuchar a un habitante histórico de Tortel, Eduardo “Rulo”, y recorrer con él y los arquitectos locales zonas como Playa Ancha y Junquillo, permitiendo visualizar capas históricas y dinámicas demográficas del asentamiento.
El trabajo práctico se concentró en un terreno facilitado por la municipalidad, ubicado en la entrada del poblado. Este espacio, propiedad del SERVIU, presentó dificultades topográficas considerables: presencia de turba, quebradas y pendiente pronunciada. Los estudiantes desarrollaron sus bitácoras mediante croquis, fotografía y entrevistas en terreno, generando insumos críticos para comprender y abordar el diseño arquitectónico en estas condiciones.









