La preocupación principal estuvo enfocada en dar lugar a la arquitectura que medie entre las variables de territorio y lugar. En esta unidad se buscó dar un rol y emplazar cada uno de los espacios en una geografía determinada y convertirse en un TEJIDO TERRITORIAL.
Cada alumno se hizo cargo de un lugar particular de la zona de las 7 tazas. Luego a través del análisis de este y un relato espacial a 100 años, descubrió las condicionantes geográficas y atmosféricas del lugar, que le permitió, bajo la premisa del habitar, determinar un usuario/comunidad en particular.
Mediante el estudio de la PROPORCIÓN, DIMENSIÓN Y LA ESCALA HUMANA la idea fue que cada cuerpo atmosférico responda a cada una de las instancias donde tuvieron que justificar el correcto emplazamiento como también los recorridos que los conectan entre ellos, entendiéndose como un tejido en el vasto territorio.