Como todos los años, arquitectos y urbanistas esperábamos con ansias los anuncios sobre ciudad y equidad urbana en la cuenta presidencial del nuevo gobierno del presidente Piñera. Pese a conocer personalmente el compromiso de Piñera con la ciudad, en mi rol como ex coordinador del grupo programático en su campaña, reconozco que mi expectativa era un tanto cándida y autorreferente. Si mal no recuerdo, el único presidente que explícitamente ha puesto a las ciudades como eje de su visión de desarrollo fue Lagos en su cuenta del 2001, cuando dijo que “se hace urgente transformar en una nueva política el rol central que las ciudades juegan en la generación de oportunidades para las personas y en el desarrollo del país.”
Sin embargo, y en la medida que avanzaba el discurso del presidente Piñera, emergían énfasis y temáticas que sin duda explicaban por qué la ciudad aparentemente no era prioridad: atacar al crimen; mejorar el acceso y calidad a los servicios de salud; mejorar la calidad de la educación y capacitación; un nuevo trato para los niños, mujeres, adultos mayores, discapacitados y clase media; la recuperación del crecimiento.