¿POR QUÉ un anuncio tan bueno como el Plan de Descontaminación Atmosférica “Santiago Respira” dado a conocer el martes pasado por los titulares de Medio Ambiente, Transportes y Telecomunicaciones, Salud, el subsecretario de Vivienda y el intendente metropolitano, generó tanta polémica y críticas?
Una razón lógica podría ser de que cualquier medida para reducir las emisiones implica cambios de hábito en los ciudadanos, restricciones, gravámenes, multas y prohibiciones para algunas actividades cuyos costos de implementación son directos y tangibles, mientras que los beneficios para la sociedad como un todo son dispersos e indirectos. Esto ha pasado en otras ocasiones, pero llama la atención que las reacciones y críticas no vinieron de los sospechosos de siempre: automovilistas, transportistas, motociclistas, industrias contaminantes o proveedores de calderas a leña. Esta vez las mayores críticas surgieron de parte del ex Ministro y ex Presidente de la Comisión Presidencial Pro-Movilidad Urbana Germán Correa, así como varios de sus miembros entre los que me incluyo, quienes vemos con frustración cómo el Ejecutivo “contamina” buenas iniciativas con errores y contradicciones graves.
Para ser objetivos, el Plan anunciado es una gran noticia, y contiene medidas necesarias, urgentes y de gran impacto, como la prohibición de uso de salamandras, braseros, chimeneas, calefactores y cocinas a leña; el establecimiento de nuevas normas de emisión y monitoreo continuo a grandes fuentes industriales; limitar el ingreso de camiones a ciertas zonas, la exigencia de norma Euro VI a la nueva flota de Transantiago e incentivos a la introducción de vehículos híbridos y eléctricos. También celebro otras medidas de mediano plazo como la creación de un Fondo Verde para proyectos de compensación de emisiones, el incremento de áreas verdes en 100 hectáreas y la construcción de 300 kilómetros de ciclovías.
http://voces.latercera.com/2016/01/11/pablo-allard/descontaminando-al-plan/