Atrás quedaron los recuerdos de mi niñez jugando con los nietos de don Raúl Labbé en el magnífico parque diseñado por Oscar Praguer, emplazado entre potreros aledaños al pueblo precordillerano de Lo Barnechea. Ese paisaje intermedio entre campo y ciudad es hoy un laboratorio para resolver algunos de los desafíos urbanos y sociales más determinantes de nuestro futuro: la integración social.
Si bien muchos reconocen lo Barnechea como una comuna de altos ingresos y calidad de vida, de suburbios autosegregados, con tasas de motorización entre las más altas del país; esa imagen desconoce que hasta hace poco era la comuna con más campamentos en Chile, y que cuenta con una comunidad de clase trabajadora (campesina, arriera y minera) de gran riqueza cultural y arraigo en la cultura precordillerana.
En este contexto, es relevante cómo el municipio y los vecinos han lidiado con la fricción propia de esta convivencia, acrecentada por la desconfianza y el temor, muchas veces infundados; de manera de abrir espacios de encuentro donde poner en valor la riqueza de esa diversidad y los beneficios mutuos de la cohabitación.
El primer paso se dio con la decisión de radicar a las miles de familias de campamentos sin desplazarlas o desarraigarlas de la comuna. Este proceso, que partió hace treinta años con experiencias grotescas como el Cerro 18, evolucionó hacia soluciones de mejor calidad diseñadas por arquitectos de la calidad de Cristián Undurraga o Alejandro Aravena. Más allá de las innovaciones en diseño arquitectónico y urbano de estos últimos conjuntos, lo más valioso fue la decisión mantenerlos en ubicaciones de alto valor, manifestado en su paradojal vecindad con las oficinas de Ferrari en Chile. Este esfuerzo no sólo ha dado frutos y abierto oportunidades a los pobladores históricos de la comuna, sino que ha avanzado hacia nuevos estándares como la pronta inauguración del barrio las Lomas II, que radicará a más de 100 familias que por 68 años vivieron en la ribera norte del rio. Gracias a la acción conjunta del Serviu que entregó los subsidios, el Ministerio de Bienes Nacionales que cedió los terrenos, la gestión del municipio y un aporte privado de 300UF por familia como mitigación por la extensión de la Autopista Costanera Norte hacia el oriente, hoy accederán a las viviendas sociales de mejor estándar jamás construidas en Chile.
http://voces.latercera.com/2016/05/16/pablo-allard/postales-de-lo-barnechea/